martes, 29 de diciembre de 2015

Reseña Star Wars Episodio VII: El Despertar de la Fuerza



¡Hola de nuevo, lectores!

Al final no pude subir las entradas prometidas (exámenes, qué remedio), así que intentaré subirlas en estos días. Pero hoy traigo algo diferente, una reseña de una película que he visto últimamente (y que parece que todo el mundo se muere por verla ahora unas 15 veces). Sí, has acertado, yo también he visto Star Wars: El despertar de la fuerza (entre otras cosas, porque lo pone en el título de la entrada xD).

Por el mismo motivo que no pude subir ninguna entrada últimamente, no pude ir a ver la peli el día del estreno. Pero me mantuve firme para no spoilearme el final y, cuando la vi… el resultado fue inolvidable.
Unos amigos fueron conmigo y la opinión fue unánime: peliculón.

Antes de nada, tranquilidad, no quiero hacer spoilers (imagino que no todo el mundo la habrá visto ya), así que no voy a hacer ningún comentario concreto sobre el argumento. Tan sólo voy a comentar qué me pareció en general la película, qué personajes fueron mis preferidos y qué detalles de la producción hicieron que la película me gustase aun más (insisto, sin spoilers).

Para empezar, la película me pareció muy bien hecha: personajes, escenarios, efectos, guion… todo cuidado y llevado a cabo con esmero, teniendo como resultado una buena película que sirva para revivir esta saga que tantos años llevaba inactiva. Desde que empieza hasta que termina, la película es una serie de sorpresas. Desde la aparición de ciertos personajes, hasta las bien elaboradas escenas de acción y el humor tan bien intercalado, hace que la película sea una constante caja de sorpresas. 

¿Mis personajes favoritos?

Kylo Ren – El nuevo villano
Un malo con gran controversia a sus espaldas. Hay quienes lo ven débil, hay quienes lo ven el malo que faltaba. De todas formas, su característico modelo de espada tan innovador y su máscara tan chula, hacen que a mí se me cree una relación de amor-odio por el personaje. Los motivos… me imagino que quien vea la peli puede imaginárselo. En definitiva, Kylo Ren me parece un malo bien construido, no el típico matón que es capaz de usar el lado oscuro de la fuerza. Y hay mucho de su historia que queda por conocer. Los productores tienen trabajo que hacer con las próximas películas…
Aunque, comparado con villanos como Darth Vader… no le llega ni a la suela de la bota. Vamos, que si se levanta Darth Vader y ve a la nueva serie de villanos… se vuelve a la tumba y no vuelve a levantarse.

 
Rey – La nueva protagonista
Inteligente, independiente, capaz y acostumbrada a la supervivencia en un planeta desértico. Una superviviente que se ve inmersa en una aventura que ni podría imaginarse en un principio. Un personaje cuanto menos curioso y entrañable, que seguro que tiene mucho que dar en las próximas entregas de la serie. No puedo decir mucho más sin que sea spoiler, pero digamos que es un personaje de muchos recursos.
 

Y ya está, también me gustó mucho el personaje de Finn (bien construido, buen trasfondo y muy prometedor para las próximas pelis), pero mis favoritos fueron los dos anteriores.

Y finalmente, ¿qué es lo que me ha gustado más de la película? Los detalles.
Creo que ha sido una película muy bien pensada y muy bien desarrollada. Los autores han guardado hasta el último detalle de la puesta en escena. Cosas como los cambios de escena (que siguen el estilo de las películas anteriores), el estilo de los personajes, referencias a las películas anteriores, el volver a contratar a los actores de los personajes que pertenecían a la primera parte de la saga… Detalles como estos hicieron que la película me gustase mucho más, ver a los personajes evolucionados por el tiempo, ver que la película seguía manteniendo su estilo propio, ver cómo estos estilos se mezclaban con el de la nueva serie de películas, el encuentro entre los nuevos y los antiguos personajes… un trabajo muy bien hecho, se nota que cada escena ha sido pensada meticulosamente.

En definitiva, y para no alargarme más de lo debido, una buena película se mire por donde se mire. Música, historia, puesta en escena, reparto… todo excelente. El resultado: una película para toda la familia, pensada para emocionar tanto a antiguos seguidores de la serie como a los nuevos, porque mezcla una nueva historia con la esencia de las películas anteriores. Una historia interesante, unos personajes entrañables y un final que nos deja con la miel en los labios, esperando a la siguiente entrega.

Si tuviese que ponerle puntuación del uno al diez, le pondría un…

10/10

¿Por qué no? Una película entretenida que es capaz de despertar la ilusión que había por esta serie hace ya tantos años

***
Y así llegamos al final de otra entrada.
Como siempre, espero que os haya gustado. Sin más, os deseo unas felices fiestas y un próspero Año Nuevo. ¡Muchas entradas nuevas nos esperan el año que viene! Pero antes de ello, ¡a disfrutar de los últimos días de este año tan genial, el 2015, que tantos buenos momentos nos ha traído!
Nos vemos muy pronto ;)


martes, 1 de diciembre de 2015

¡¡YA LLEGA LA NAVIDAD!!


¡¡Hola de nuevo!!¡¡Cuánto tiempo!!
¿Qué tal todo? :D
Estas últimas semanas he estado hasta arriba de trabajo y me ha sido imposible subir nada, pero ya estoy de vuelta otra vez.Hoy mismo he terminado el último parcial, y me he puesto a escribir esto en cuanto he tenido un ratito.
Retomando esto por donde se quedó, tengo que reconocer que no tengo lista la continuación de la historia del otro día por elmomento, pero la intentaré tener preparada para el fin de semana. En su lugar, hoy os traigo un blog.

Y es que esta mañana, sin ir mas lejos, me he encontrado una grata sorpresa cuando me disponía he salido del ascensor, de camino a la Universidad.En el hall de entrada del edificio habían colocado un árbol de navidad, con luces, lazos y bolas de colores incluidas. ¡Y en el mostrador del portero habían colocado un belén y todo!Entonces me he dado cuenta de una cosa…

¡La Navidad ya está a la vuelta de la esquina!

De camino a clase me he estado fijando y ya habían colocado las luces de navidad en la mayoría de las tiendas e incluso en la calle hay luces pasando de lado a lado, entre las farolas.
No sé si os ocurrirá también a vosotros, pero la Navidad me ha sorprendido otro año más: ha llegado antes de que me diese cuenta. De hecho, hoy es 1 de diciembre. De aquí a nada nos estamos comiendo el turrón el 25.

Bueno, menos aquel que no se lo esté comiendo ya, porque es cierto que hay turrón casi desde octubre en algunos sitios.

Y, como me imagino que ya podréis imaginar, la Navidad es para mí una de las mejores etapas del año. Un momento casi mágico en el que hay algo especial que toma las calles de las ciudades.
Para empezar, a mí siempre me han gustado las temperaturas bajas.Y en cima me han puesto una fiesta súper guay justo entonces. Sí, la Navidad ya tiene ventaja sobre otras fiestas por producirse en invierno y no en verano. Y ya que estoy, ¿imagináis una navidad en verano? ¡Menudo calor que tienen que pasar los Reyes Magos y Papá Noel con esos trajes que llevan! Creo que es en California donde esto ocurre, que celebran la navidad con el calor del veranito. ¡Qué cosa más extraña!

Otra de las cosas buenas que tiene esta época del año es que parece que todo el mundo está en la misma onda “navideña”.

Muchas otras fiestas, ya sean por ser menos representativas o por ser propias de una zona en concreto, no tienen un impacto tan grande. Pero en Navidad todo se llena de motivos navideños. Hasta las oficinas más cutres tienen su árbol o su portal de Belén. Las calles se llenan de luces de colores, los escaparates y los negocios (¡e incluso los portales de las casas!).

Y parece que las series, películas e incluso canales de YouTube se ponen de acuerdo para sacar productos de esa temática. Las típicas películas de Navidad para ver en familia, esos episodios especiales de las series en las que la navidad también llega a nuestros personajes favoritos… siempre me han parecido muy especiales.Es como estar compartiendo todos lo mismo.

Y, cómo no podía faltar en esta lista, la música. Hay música de navidad realmente buena. Personalmente, durante el resto del año no escucho nada de esta temática,pero cuando llega la fecha (en las primeras semanas de diciembre), empiezo a recuperar canciones navideñas de los años anteriores. Es mágico, porque cada pista me trae muchísimos recuerdos.

Aquí os dejo algunas de mis piezas favoritas para escuchar en Navidad. Se me ocurren muchas más, pero ese puede ser un tema para una entrada y no quiero irme del tema. Las que primero me vienen a la mente son:

-LastChristmas – Wham!

-Cold December Night - Michael Bublé

-Mariah Carey- AllIWantForChristmasIsYou

Os dejo los enlaces de YouTube para que no tengáis que andar buscando.

Otra cosa importantísima de la Navidad es la familia. Siempre recuerdo con muchísimo cariño las cenas de fin de año y Navidad con mis padres, mis abuelos, mis primos… todos reunidos durante unos días, disfrutando de el tiempo juntos.
Las comidas que se preparan son exquisitas, el turrón y los dulces que no se pueden tomar en otra época del año (que conste que yo juego limpio, ¿eh? No me veréis comiendo turrón sin que sea Navidad ;) ).

Y así, como por tantas otras cosas como la Noche de Reyes (o el día de Navidad para aquellos a los que os traiga los regalos Santa Claus), el día de Fin de Año, el Concierto de Primero de Año con El Danubio Azul (Johann Strauss hijo) y la Marcha Radetzky (Johann Strauss padre)… la Navidad para mí se ha convertido en la mejor fiesta del año.

Y como cada año me regala momentos tan buenos para recordar, le dedico esta entrada.
¡¡Por una Navidad de 2015 muy especial!! ;)

***

Por cierto, tengo una película que recomendar y una historia pendiente que subir. Son dos entradas pendientes que tengo con vosotros y que intentaré subir en las próximas dos semanas. La primera de ellas no estará antes del finde casi seguro, pero intentaré darme toda la prisa que pueda.
Y una última cosa, de aquí a un par de semanas tengo otra semana de exámenes fuerte, así que no os extrañe que deje de subir otra vez por un tiempo. Pero no os preocupéis, las entradas mencionadas estarán subidas antes de entonces.

Y, sin más, os deseo una feliz semana
¡Nos vemos este fin de semana con mucho más!:D






lunes, 9 de noviembre de 2015

Un Mundo Vivo

¡¡Buenos días!!
Ya sé que la semana pasada no subí nada, pero estuve demasiado liado como para poder pararme a escribir nada.
Por eso esta semana y la que viene haré algo un poquito diferente. Una historia cortita, por entregas.
A ver qué tal sale el invento.

Sin más, os dejo con la primera parte de la historia. La he titulado... Un Mundo Vivo

***

“Un buen escritor se diferencia de uno malo en la técnica”.

Esa frase se la repetía cada vez que iba a empezar una nueva historia. Su padre se la había repetido hasta la saciedad cuando empezó con sus primeras historias y, aunque en un principio él no la terminaba de comprender, llegó el día en el que terminó cobrando sentido. Y desde entonces, la tenía grabada a fuego en su mente.

La rutina, el seguir un procedimiento correcto era lo que llevaba un escritor al éxito.
Martin, escritor de éxito hacía mucho tiempo, lo sabía muy bien. No había historia que comenzase, por breve que fuese, que no siguiese en su elaboración el exquisito procedimiento que ya había seguido su padre en las suyas.
Desde la búsqueda de inspiración, la obtención de la idea, el inicio de la escritura, el primer borrador… todo, absolutamente todo estaba regido por una pulcritud y meticulosidad absolutas.
Y nunca, nunca, nunca, en ningún momento de su exitosa carrera había siquiera pensado en saltarse esos pasos. Nunca se había atrevido a desafiar esas normas.

Aquella mañana de otoño, siguiendo su ritual de cada domingo de fin de mes, se dispuso a ordenar sus apuntes de la semana, acompañado de su descaffeinato.
Lo primero que hacía cada vez que se sentaba a escribir era consultar su agenda. Meticulosamente apuntaba en ella todo lo que tenía pensado hacer, con semanas de antelación, porque eso era lo que dictaba uno de los puntos principales de su técnica: evitar los imprevistos, controlarlo todo.
Apoyando el dedo sobre la página, buscó el día en el que se encontraba.

Una marca roja, puesta hace dos meses. “Revisar: Fantasía”
Vaya, aquella era una tarea importante. Otra de las normas fundamentales de su técnica era la de guardar la primera revisión de lo escrito para dos meses después de haberlo terminado. Siempre era así.
El resto de cosas apuntadas para aquella tarde eran de menor importancia, así que decidió dejarlas para el final y comenzar directamente por la revisión de “Fantasía”.

“Fantasía” iba a ser un breve cuento ambientado en un mundo imaginario, lleno de seres fantásticos y de criaturas encantadas que contaba la historia de una joven que, pese a su situación de campesina, quería aprender a dominar la magia.
No se acordaba de mucho más de  la historia, porque había escrito mucho desde entonces, pero sí que recordaba que, al final, la chica era expulsada de la academia y no podía cumplir su sueño.
El final dramático era su toque personal a la historia, tal y como le dijo su padre “las historias son predecibles porque hay exceso de finales felices”. Y, como consejo de gran importancia, él lo incorporó a su técnica. Aunque sus historias no siempre terminasen mal, nunca dejaba que sus personajes fuesen plenamente felices.

Por eso mismo, su sorpresa fue mayúscula dos horas más tarde, cuando terminó el cuento y vio que tenía un final diferente al que él recordaba haberle dado.
El cuento terminaba con que la joven aprendiz de hechicera, Aria, había conseguido volver a ser admitida en la academia. Y estudiaba duro para sacar el título de mago.
Eso no podía ser. Lo recordaba ahora perfectamente, se le había inculpado injustamente de usar un conjuro prohibido y por eso se la expulsó. ¿Qué había ocurrido allí? ¡Ese no era su final!
Sorprendido, revisó de nuevo el manuscrito. Estaba todo escrito con su letra, pero él no recordaba haber escrito esas últimas páginas.
Efectivamente, su final permanecía escrito. Pero luego habían sucedido más cosas. Aria había conseguido demostrar su inocencia, y aunque ahora tuviese a la mitad de la escuela de magia en su contra, ella seguía luchando por cumplir su sueño.

Eso no podía estar bien, alguien debía haber tocado sus archivos.
Pero eso era imposible, nadie podía entrar en su despacho de escritura. ¡Nadie! Esa era una de las reglas fundamentales de su técnica, todo el mundo podía querer espiar su trabajo. Y si no quería que eso pasase, debía de tener mucho cuidado con que nadie tuviese acceso a sus archivos.
Por eso la puerta a su despacho estaba cerrada con llave ¡y la única copia la tenía él!
Pero… si nadie había entrado allí… ¿por qué el final no era el que él había dejado meses atrás?
Finalmente, decidió explicarlo todo como un recuerdo equivocado. Muchas veces se quedaba a escribir hasta tarde. Lo más probable es que él mismo hubiese escrito ese final alternativo en un arranque de cansancio y se habría olvidado de corregirlo.

Mucho más tranquilo, cogió encendió la trituradora de papel, colocó debajo la papelera para no dejar todo hecho un desastre y se dispuso a meter las últimas páginas escritas en las fauces metálicas.

Entonces, algo mágico sucedió delante de sus narices.

***

Tan, tan, taaaaan. ¿Qué habrá pasado? ¡Lo sabremos la semana que viene! (Lo digo en serio, todavía no lo he escrito xD).

Nos vemos la semana que viene con más.

¡¡Feliz semana y... sed felices!!





martes, 27 de octubre de 2015

Especial Halloween - Una historia de terror

¡Buenos días!
¿No es maravilloso que vuelva a amanecer antes? ¡El Sol entra bien temprano por las ventanas!
Yo, sinceramente, llevaba tiempo esperando estos días. Prefiero levantarme con la luz de la mañana que en completa oscuridad.

Y hablando de oscuridad... noche... y luna... ¡¡esta semana es Halloween!!

Hay motivos de la fiesta por todos lados: calabazas, fantasmas, esqueletos y brujas adornan la mayoría de las tiendas. Y como es tan difícil no contagiarse del espíritu halloweeniesco después de ver tanta publicidad junta... he decidido hacer un especial. 

Señores, (esto es algo que no suelo hacer así que a ver qué tal sale) hoy os traigo, nada más y nada menos... que una historia de terror.

Espero que os guste.

PD; Leedla por la noche, a oscuras y sólo con la luz del ordenador, para que de más miedo ;D



***

Como cada tarde, el niño entró en el vagón del metro a las nueve menos diez.

Durante el día, el metro era, más que un mero medio de transporte. Era un lugar de charla y de reunión de viejos conocidos que, debido a sus rutinas, se encontraban allí cada día. Por las mañanas, el metro se llenaba de gente dispuesta a ganarse un dinero contando un par de chistes o haciendo alguna que otra actuación con una guitarra o un violín regularmente afinado, sacando alguna que otra sonrisa a los viajeros.

Pero conforme se acercaba la noche, el metro se vaciaba de esa gente, y surgían los monstruos. Gente triste, gente asustada, cansada, asqueada... gente con problemas, con caras largas, llenas de arrugas que el tiempo no hace más que empeorar... gente gris. Las risas y las conversaciones dejaban en su lugar un silencio frío, desolador. Nadie hablaba a esas horas. El único sonido provenía del chirriar de las vías y del movimiento del vehículo, que casi parecía ir más despacio entonces.

Los túneles se quedaban vacíos, la gente que antes se ganaba dinero con canciones desaparecía, y dejaban paso a otros que se paseaban errantes, moviendo con desgana un vaso donde esperaban que alguien depositase alguna moneda.

Nunca ocurría. No a esas horas de la noche, cuando el metro se transformaba en un universo peligroso, solitario y aterrador.

El chico se encogió en un asiento, como cada jueves a esa hora. Al final de la línea lo estaba esperando su madre, como siempre. Sólo tenía que esperar un par de paradas más.

El tren chirrió al poco rato y paró en una estación. Las luces eran tan tenues que apenas se podía ver nada de lo que ocurría fuera del vagón.

Las puertas se abrieron, dejando entrar el aire frío de las vías y un fuerte olor a azufre. Un mendigo de cara triste se subió al vagón. Hasta entonces, en su vagón no había subido nadie.

El hombre comenzó a andar tren abajo, moviendo su vaso. Ni reparó en la presencia del chico. El tintineo de las monedas se iba haciendo más tenue conforme el viejo se alejaba. Un fuerte chirrido se tragó el tintineo, e indicó que el tren volvía a partir.

Tras otro rato de marcha, el metro volvió a detenerse. Esta vez se subieron un grupo de hombres, barbudos y con ropas sucias. Uno de ellos miró de reojo al chico.

El pequeño se agarró con fuerza a su mochila, temeroso de que fuesen a robarle. Pero no fue así, los hombres pasaron de largo y se marcharon por donde ya había ido el mendigo hacía unos minutos.
Otro chirrido y el metro se volvió a poner en marcha. La siguiente parada era la suya.

El trayecto fue silencioso, de fondo se escuchaban voces susurrantes, algunas graves y otras agudas, pero el chico no les hacía caso. Sólo quería llegar cuanto antes con su madre. Por fin el metro llegó a la estación.

Con un chirrido, se detuvo en seco. Eran las nueve de la noche.

Cuando las puertas se abrieron, se vio la luz de la estación. Era más luminosa que las anteriores, y había bastante más gente. El chico se dispuso a salir, su madre debía de estar ansiosa por verlo.

Pero antes de que pudiese poner un pie fuera del vagón, una mano grande lo agarró del hombro y lo echó para atrás, hacia la oscuridad del vagón.

El chico lo miró con horror. Era el hombre barbudo que antes lo había mirado de reojo. Su mirada seguía siendo vacía, como la de antes, y el chico no podía deducir qué pretendía. Pero el hombre no le soltaba y él necesitaba bajarse allí. No podía irse a otra parada, su madre lo esperaba allí y ya se estaría impacientando. Se dispuso a zafarse del hombre, pero sólo consiguió que éste lo sujetase con más fuerza.

-No lo hagas, chico- le dijo. -Esta noche no-

¿Qué querría decir aquello? Aquel hombre le estaba dando miedo.

-¡Suélteme! - Lo empujó.

Con el empujón, consiguió zafarse de aquel hombre y corrió hacia la salida del vagón, sin mirar atrás hasta que pisó el andén.

Cuando se giró, el hombre lo seguía mirando.

Y entonces las luces del andén parpadearon. Fallaron.

Cuando volvieron a iluminar, el hombre se le había acercado, y estaba extendiendo un brazo para agarrarlo y volverlo a introducir en el vagón. 

El chico gritó de miedo y corrió, corrió por el andén preguntando por su madre, pero la gente no le hacía caso. ¿Acaso no veían que aquel hombre estaba intentando hacerle daño?

Y entonces la vio. Al lado de la vía, su madre le estaba esperando. Como cada jueves a las nueve en punto de la noche.

Ella sabría qué hacer. Ella le salvaría de aquel hombre.

El chico corrió y corrió entre la gente, gritando "¡mamá! ¡mamá!". Ella al principio parecía no escucharlo, pero de repente se giró y sus miradas se cruzaron.

El grito se escuchó en todo el andén.

Su madre corrió y corrió lejos de él. El chico desconcertado la seguía, gritando "¡mamá! ¡mamá!"...
Hasta que alguien gritó "¡por amor de Dios, tenga cuidado!" "¡no se acerque ahí!"

Pero el chico seguía corriendo. Estaba ya muy cerca, ya casi podía coger su vestido, ya casi... Sólo un poco más rápido...

El roce de sus deditos fríos contra el vestido le arrancó otro grito a la mujer, que aceleró aún más...

El chico hizo un último esfuerzo, pero su rostro ya estaba bañado en lágrimas. ¿Por qué su mamá no le hacía caso?

Y entonces su madre desapareció. Se la tragó el suelo.

O más, bien, las vías.

Justo cuando el metro pasaba a toda velocidad sobre ellas.


Al día siguiente, un artículo encabezaba todos los periódicos: Mujer atropellada por el metro.
Los testigos aseguraban que empezó a correr despavorida, gritando cosas absurdas. Dicen los que la escucharon gritar que aseguraba estar siendo perseguida por una criatura monstruosa. Pero nadie vio nada raro esa noche.

Nadie excepto un hombre que nunca llegó a ponerse en contacto con los periódicos porque sabía que no le creerían. Era un antiguo revisor del metro, acostumbrado a viajar por aquella línea durante años.

Y algunas noches, había visto cómo el metro se llenaba de personas que no eran de carne y hueso, sino de otras sustancia más etérea. Y repetían lo que estaban acostumbrados a hacer allí dentro. Aquel niño en concreto se presentaba una única noche cada año, y siempre se bajaba en la misma parada. A las nueve de la noche. Si había alguna mujer joven allí, iba tras ella, llorando y gimiendo. Y el final era siempre el mismo.

En un bolsillo de su chaqueta aun guardaba el recorte de periódico donde años atrás había leído su historia: chico muere en accidente de metro cuando iba a encontrarse con su madre. La madre, loca de pena, se tiró a las vías la noche siguiente a la que el metro se volvió a poner en funcionamiento.

Y, en cierto modo, el espíritu del chico seguía por allí, atrapado. Y una vez al año, intentaba reencontrarse con su madre siempre con idéntico resultado.

¿Llegaría el día en el que alguien se enfrentase al chico y no saliese corriendo al verlo? ¿Qué veían esas mujeres que les hacía correr despavoridas? El revisor nunca pudo responder a esas preguntas en vida. Y con su muerte, la historia se perdió en el olvido.

Y, a día de hoy, no se sabe todavía si el chico encontró o no a su madre. Sin embargo, temo que siga vagando por las vías del metro, llevándose una vez al año el alma de una mujer inocente.


***


¡Espero que os haya gustado y nos vemos la semana que viene con más!
¡¡Pasad un feliz Halloween!!



lunes, 19 de octubre de 2015

Ales recomienda

¡Hola a todos otra vez! ¡Cuánto tiempo sin escribir por aquí algo un poco serio!

Reconozco que estoy desentrenado. La entrada de hoy me ha costado un montón encontrarla. Pero cuando ya me iba a rendir ¡plas! llegó de repente la idea a mi mente. Os cuento.

Aprovechando que la entrada del otro día fue un poquito emotiva, he decidido seguir en esa onda para ésta.
¿Y qué os traigo ? Una recomendación.

Más concretamente, una canción. Una canción que retoma el tema que dejé abierto ayer. No os rindáis cuando de sueños se trata. Simplemente confiad un poquito en la vida y os aseguro que tarde o temprano, obtendréis una respuesta de su parte.

Pero no siempre depende de "la vida". Más bien, de la vida depende, pero los pasos los tienes que dar tú. Quedarnos en un rincón, quejándonos, no va a ayudarnos en nada. Por eso os traigo hoy a JPelirrojo, un youtuber que sigue esa ideología en todo lo que puede. En su tema "Voy a por ello" básicamente dice que, cuando él quiere algo, simplemente va a por ello. Sin más, sin pensar demasiado.

Y ojo, que yo pienso que la planificación es fundamental para que algo funcione, pero el gran peligro que conlleva es que muchas veces tendemos a quedarnos en ella. Todo son planes, pero luego no se lleva a cabo ninguno de ellos. Y por eso os traigo aquí, como invitado, este rap.

Y aunque el rap no es algo que a mí me apasione, creo que este tema transmite algo que considero tan importante que no me importa dejarle un huequecito aquí, en mi blog.

Cuando se quiere algo de verdad, hay que ir a por ello. Así de sencillo, no de fácil. ¿Quieres trabajar en tal o cual cosa? A dejarte los sesos buscando la forma de llegar. ¿Quieres visitar tal o cual país? A informarse de cómo se puede ir, dónde se puede alojar uno y qué se puede ver, y a hacerse un plan de ahorro para poder permitírtelo algún día. Y así con todo.

Evitemos ser "realistas". Ya hay demasiados "realistas" que se quedan quietos, sin hacer nada. Sólo se quejan, pero no luchan por conseguir nada. Entendamos que no hay límite en lo que podamos soñar, y, con el esfuerzo necesario, los sueños se pueden alcanzar si tenemos un objetivo bien claro. Ya sé que hay muchos sueños que parecen imposibles, pero realmente inalcanzables hay muy pocos. 

Entendedme, el "realismo" es necesario en la vida, pero debe tratarse con cuidado. Muchas veces nos hace tomar algo por imposible antes de siquiera probarlo. Ese es el gran peligro que hay que evitar.

¿Qué puede haber de malo en intentar cumplir un sueño?

Si no se consigue, por lo menos podremos vivir con la consciencia tranquila: "al menos, hice todo lo que estaba en mis manos para intentar alcanzarlo." Y eso, amigos míos, es mucho más de lo que la mayoría puede decir. Os lo aseguro.

***

Espero que os haya gustado y nos vemos la semana que viene con más. ;)

Un pequeño adelanto... la semana que viene es Halloween...



domingo, 18 de octubre de 2015

Mil perdones

Hola de nuevo, lectores. Sé que llevo tiempo sin publicar nada, pero es que he estado muy ocupado por circunstancias personales. Estas últimas semanas han sido un completo caos de adaptación a una nueva rutina.

Aunque no me haya presentado por aquí en mucho, no os he olvidado. Sé que prometí subir una nueva entrada hace un par de semanas, pero no he podido. Lo siento mucho.

Pero hoy os traigo buenas noticias: ya ha pasado la tormenta del cambio y todo está volviendo a colocarse otra vez. Los engranajes han empezado a encajar de nuevo y esto ya comienza a funcionar como antes.

El blog se va a poner en marcha el lunes por la mañana. A las 9 tendréis publicada vuestra entrada.

¿Y cómo va a funcionar esto a partir de ahora?
Ni yo lo sé. Pero me gustaría que ese fuese el horario: todos los lunes, a las 9 de la mañana nueva entrada.

No sé si podré llevarlo a cabo. Y tampoco sé si podré hacer entradas tan largas como hasta ahora, pero os prometo esforzarme por lograrlo.

De momento, ese es el horario, lunes a las 9 de la mañana nueva entrada, para que la podáis disfrutar a lo largo de toda la semana. Y así cada semana, cada mes y, espero, cada año.


El blog ha sido una parte muy importante de mi vida estos últimos meses, y, aunque por condiciones personales me he visto obligado a alejarme de él, no quería que algo tan bonito terminase aquí.

No estoy dispuesto a dejar de escribir.

Desde hace tiempo tengo un sueño, relacionado con la escritura, y  no quiero dejarlo ir.
Trabajaré duro para lograr mi sueño, y os animo a que vosotros también luchéis para cumplir los vuestros. Os puedo asegurar que no es imposible cumplirlos si se les dedica el tiempo y el esfuerzo necesarios.

Estas últimas semanas se ha producido algo mágico en mi vida. La vida me ha demostrado que los milagros sí existen, sólo hay que confiar un poco en ella y esperar a que llegue el momento.

Y, a día de hoy, puedo decir que esto viviendo un sueño. Un sueño que hasta hace un par de semanas, estaba seguro de que no iba a poder cumplir.

Por eso mismo, por estar viendo un sueño hecho realidad, no quiero volver a dar la espalda a mis inquietudes. No quiero decir nunca más que algo “es imposible”. Por eso me niego a dejar el blog, por eso quiero seguir escribiendo para vosotros cada semana, como estaba haciendo hasta ahora.
Puede que las cosas se pongan duras y que no pueda subir entrada cada semana, pero eso no me impedirá el mantener activo el blog y mucho menos el seguir escribiendo. Ya me buscaré las mañas, pero estoy seguro de que lo conseguiré.

Nos vemos el lunes a las 9, con nueva entrada. Os deseo un tranquilo domingo, donde espero que recuperéis fuerzas para empezar con ganas una semana nueva.

***


lunes, 21 de septiembre de 2015

La persecución

¡Buenos días! ¿Qué tal se presenta la semana?

Hoy os traigo una mezcla entre recomendación y taller. Por un lado, os voy a recomendar un libro que adquirí hace un año y que me ha ayudado mucho a soltarme con la escritura. Y por otro, os voy a presentar uno ejercicio que me pareció muy gracioso.

¿Os gusta el plan? ¡Vamos a ello!

***

El libro se llama Saca al escritor que llevas dentro, y lo ha escrito Iria López Teijeiro, una blogger que lleva el blog Literautas. Este blog habla de trucos de escritura, propone talleres, ayudas, consejos, concursos, etc. con el objetivo de apoyar a todos los escritores jóvenes (y no tan jóvenes) que están aprendiendo a escribir sus propias historias. A mí, personalmente, me ha servido de gran ayuda, y muchas veces de inspiración. Os recomiendo que os paséis por allí a echar un vistazo,  a ver qué os parece. Merece la pena, os lo aseguro.

Pero bueno, volvamos al tema. El libro, al contrario que otros muchos que he leído del mismo tema, NO es un libro de teoría. Al contrario, se trata más bien de un libro de ejercicios. Esto tiene dos caras. Por un lado, es bueno, porque te propone ejercicios hasta aburrirte, organizados en diversos aspectos de la escritura. Por ejemplo, hay capítulos que te hablan de la inspiración, otros de detonadores para las historias (un detonador es un incidente que desencadena la historia), otro para ayudarte a obtener ideas sin salirte de tu propia rutina (uno de los capítulos más interesantes, por cierto), e incluso alguno que otro para dar un poquito de más calidad a tu escritura, entre otros. Y, para que os hagáis una idea, el número de ejercicios por capítulo suele ser 20. En algunos casos, un poquito más. Vamos, que hay ejercicios para regalar.

Pero esto también tiene su lado malo, porque si lo que buscabas es un libro que te explique detenidamente todos estos aspectos… NO es tu libro. Si bien, las diferentes secciones del libro tienen su introducción que te explica un poco cómo funciona cada una y cuál es su objetivo. Y, por supuesto, también los ejercicios. Además, incorpora pequeños consejos y algunas nociones de teoría básicas para que pruebes a aplicarlas a los ejercicios, pero no se explaya mucho.

Entonces, ¿lo recomiendo?

¡SÍ! A escribir se aprende escribiendo, por eso Iria se ha centrado tanto en hacer un libro de ejercicios. Los libros de teoría no están mal, pero no te sirven de mucho si no la aplicas. En Saca al escritor que llevas dentro se nos dan pequeñas nociones de teoría y se nos proponen muchos ejercicios basados en ellas para que las pongamos en práctica directamente. Y, aunque algunos parezcan un poco absurdos, puedo decir por experiencia que de todos se aprende algo, e incluso los más absurdos me han servido de inspiración para algunas historias (y de pasar un rato divertido escribiendo también). Así que aquí os dejo el link del blog y de la entrada en la que os habla de su libro.

Aquí el link del blog: http://literautas.com/ 
Y aquí el link de la información del libro: http://www.literautas.com/es/editorial/saca-al-escritor-que-llevas-dentro/



Pero ya basta de recomendaciones, vamos a pasar al taller/ejercicio. Os voy a poner un ejemplo de uno de los ejercicios que he hecho, para que veáis más o menos cómo funciona.

Para empezar, he elegido una página al azar. Si quisiese practicar algo en concreto de lo que enseña el libro, sólo tendría que buscar el capítulo y coger el ejercicio que me pareciese más interesante. Pero por ahora, voy a hacer el que me salga de manera aleatoria.

Aquí lo tenemos. Ejercicio 2 del capítulo 4: La persecución.

El capítulo cuatro trata los detonantes creativos. Lo llama “sigue al conejo blanco” por esto mismo. Es decir, déjate llevar. Te da unas premisas que te sugieren una historia y te deja carta blanca para poder escribir lo que quieras.

En este caso, el ejercicio nos habla de una persecución. Tienes que escribir algo que comience con una persecución y luego, continuarlo como quieras. Yo quiero escribir algo cortito, así que tendré que adaptar lo que me salga a ese formato. Para la persecución te propone lo siguiente. La autora nos da una tabla con dos columnas, a la que titula “posibles personajes”. Y, como os podéis imaginar, en cada una de las columnas nos propone una serie de posibles personajes. Para que la elección sea aleatoria yo he tirado dos dados de 6 caras (venga, lo admito, ha sido con una aplicación que simula el tirar un dado, no he tirado ningún dado físico) y me ha salido un 5 y un 3. Como en cada columna hay 6 personajes, he contado desde el primero y he elegido el que tocase. En la primera columna he elegido al personaje número 5… ¡un monje budista! Y en la segunda columna he elegido al personaje número 3… ¡un hombre disfrazado!

Pues bien, yo llevaba tiempo escribir algo de agentes secretos, así que he mezclado: una persecución, un relato corto, un monje budista, un hombre disfrazado y una historia de agentes secretos, y esto es lo que me ha salido...

***

-¡Sabía que no era usted alguien en quien podía confiar!

Eso fue lo último que pudo entender de lo que dijo el monje, porque éste salió a todo correr por la puerta, cerrándola después de salir.

-¿Qué está ocurriendo, agente?- le preguntó su jefe a través del comunicador.

El agente 23, vestido con las ropas reglamentarias de aquel templo, se había quedado sin habla cuando aquel hombrecillo había irrumpido en la habitación y había visto el arma que tenía en la mano, cuando se disponía a limpiarla. No tardó en atar cabos y automáticamente encontró el responsable de los extraños acontecimientos de los últimos días: él. Y, como lógicamente haría cualquiera en su situación, había echado a correr.

Llevaba una semana infiltrado en aquel templo, haciendo su papel de monje mientras investigaba quién podía ser el antiguo contacto de un peligroso asesino al que buscaba. Y cuando por fin lo había encontrado y se disponía a informar a la base para proceder con el arresto, lo habían descubierto. El contacto era uno de los monjes (exactamente, el que acababa de salir corriendo) y, como acababa de comprobar, había estado sospechando de 23 desde el principio. Finalmente, ese día lo había descubierto. Probablemente alertaría a todos los otros monjes e intentaría darse a la fuga. El monasterio estaba perdido en medio de la montaña, pero los monjes tenían un jeep para poder salir del templo rápidamente en caso de emergencia.

El monje no podía llegar hasta el vehículo. Si llegaba a él, 23 no le podría dar alcance a pie. Y por allí no había más vehículos.

-Me han descubierto, el sospechoso se está dando a la fuga. Procedo con la persecución- contestó apresuradamente.

-¡Espere! ¿¡Quién es el sospechoso!?

23 desconectó el micrófono y echó a correr. No tenía tiempo para explicaciones y necesitaba su cabeza para pensar. En cuando salió de la habitación, vio cómo el monje desaparecía por el final del pasillo. Sin pensarlo, corrió detrás de él. Esperaba no haberse dejado nada importante en la habitación, dudaba que, después de que todos los monjes lo viesen perseguir a uno de ellos, pudiese volver a entrar allí.

Eso también le daba otra ventaja: llevaba consigo el arma. Tenía su pistola enganchada al cinturón de la túnica. Podría usarla en caso de necesidad.

Cuando volvió la esquina, el monje ya había salido al patio. De un par de zancadas, alcanzó él también la puerta y salió al exterior. Allí vio cómo el monje corría todo lo rápido que podía, gritando socorro. 23 escuchó algo como “asesino” y “peligroso”.

Como esperaba, el monje se dirigía hacia el edificio central del templo. Detrás de él se encontraba el cobertizo donde se guardaba el jeep.

Mientras 23 corría hacia allí, un monje se le puso en medio. Por su expresión, era obvio que tenía miedo. Al parecer, se había creído lo que gritaba el otro monje, pero llevado por la se código de conducta, había decidido ayudar a su compañero deteniendo a su persecutor.

-¡Apártate! ¡El peligroso es él, no yo!

El monje no le creyó. Pero cuando se dispuso a agarrarle de la túnica, 23 le hizo una llave que lo derribó.

-Llama a la policía- le dijo antes de seguir corriendo. El monje no parecía muy convencido, tirado en el suelo y con la túnica embarrada, pero de todas formas, daba lo mismo que llamase o no a las autoridades. Nadie iba a poder detener a aquel hombre si llegaba al jeep antes que él.

A todo esto, el monje ya había llegado al edificio central del templo. Para sorpresa de 23, no intentó rodearlo, sino que entró en su interior a toda velocidad, sin detenerse a cerrar la puerta tras entrar.
Cuando 23 llegó al interior se encontró con que la sala de meditación estaba llena de monjes que lo miraban con cara de pocos amigos. En el extremo opuesto, el contacto del asesino lo señalaba y gritaba acusaciones falsas contra él. Algunos monjes huyeron a habitaciones contiguas, pero los más grandes se levantaron, dispuestos a detenerlo.

Cuando sólo 23 lo miraba, el huidizo monje sonrió con malicia y desapareció por la puerta trasera. 23 calculó que en un par de minutos habría arrancado el jeep.

No le quedaba más opción. Desenfundó el arma.

Al comenzar la misión le habían remarcado que era una misión de observación, no de intervención. No tenía que entrar en contacto directo con el objetivo si no se descubría su identidad. Y como eso era poco probable, el llevar armas iba a ser más un riesgo que un beneficio. Pero pese a todo, él quiso llevar una pistola ligera, fácil de ocultar y rápida de desenfundar, por si las moscas. Y mira por dónde, había sido ese arma la que lo había descubierto… pero también podría ser la que lo sacase de ese apuro.

En cuanto los monjes vieron el arma, otros tantos se retiraron asustados, pero otros lo miraron con profundo odio. Había desenfundado un arma en un territorio que para ellos era sagrado.

-¡Ni un movimiento!- dijo 23 mientras se habría caso entre ellos, apuntándolos en todo momento.

De vez en cuando, alguno hacía el amago de acercarse, pero en cuanto le apuntaba directamente, retrocedía murmurando entre dientes.

Por eso, cuando un decidido monje se le echó encima pese a las amenazas, lo pilló desprevenido. Lo peor vino cuando intentó dispararle. De la pistola lo único que salió fue un *clic* que indicaba que no había munición.

Al parecer, sí había dejado algo en la habitación. El cargador se había quedado encima de la cama, donde iba a limpiar el arma. No le quedó más opción que arrojársela al monje y poner pies en polvorosa.

Pero los demás monjes, que no eran tontos, al ver que el hombre estaba desarmado, se abalanzaron sobre él.

Profiriendo toda clase de insultos, 23 se defendió a puñetazos y, en cuanto encontró una vía libre, echó a correr hacia la puerta trasera. No le quedaban más herramientas, ni tampoco mucho más tiempo. Sólo podía correr.

Conforme avanzaba, iba derribando jarrones, estatuas, pedestales, antorchas, faroles… todo lo que pudiese ralentizar el avance de sus perseguidores. Pero por más que hiciese, los monjes se le acercaban cada vez más. Calculó que en ese momento el monje al que perseguía debía de estar a punto, si no lo había hecho ya, de arrancar el motor del jeep. Tenía que darse todavía más prisa.
A todo correr, llegó hasta el fondo de la sala. De una patada, abrió la puerta y salió al patio de atrás. Allí estaba el cobertizo que guardaba toda clase de herramientas necesarias para el cuidado del templo y de los alrededores, incluido el jeep.

Efectivamente, de la puerta abierta del cobertizo salía el sonido de un motor arrancando.
Sin que le diese tiempo a llegar hasta allí, un jeep verde oscuro salió en dirección a la salida del templo. A la carrera nunca lo alcanzaría, pero aun así debía seguir avanzando si no quería terminar atrapado por lo monjes.

Mientras corría él también hacia la salida, activó de nuevo el comunicador escondido en su oreja.

-¡Jefe, el sospechoso se está escapando!

-Te estoy viendo en pantalla. Efectivamente, no creo que lo alcances a pie.

-¿A dónde lleva el camino que va a tomar?

-A un pueblecito en la ladera de la montaña, a una hora con el jeep. Allí es donde los monjes compran las provisiones. No hay tiempo para desplegar otro agente allí, vas a tener que llegar tú antes que él para detenerlo personalmente.

-No lo conseguiré sin un vehículo, y aquí no hay más vehículos.

-No te preocupes, hemos enviado el helicóptero que estaba preparado para la evacuación. Te recogerá en diez minutos en el patio del templo. Espéralo allí.

23 se volvió. Corriendo detrás de él había unos seis monjes grandes como armarios gritando en un idioma que le era desconocido. No parecían dispuestos a dejarle estar en el templo ni un minuto más.
-Jefe, creo que hay otro problemilla que antes no he comentado… Casi mejor que el helicóptero me recoja fuera del templo, ¿sabe?

***

Una carrera perseguido por monjes furiosos y un precipitado viaje en helicóptero más tarde, 23 llegó por fin al pueblo.

Los pocos habitantes que había allí se espantaron al ver el helicóptero pasar sobre sus cabezas. De él se bajó 23, dio instrucciones al piloto y luego echó a andar hacia la carretera principal, que conectaba con el templo. Aquel hombre era escurridizo, y no tardaría en llegar al poblado. Si se le volvía a escapar, probablemente lo perdería definitivamente. Y no podía permitirse ese lujo. Necesitaban encontrar ya al asesino, pero para ello era inevitable hablar con el que había sido su contacto por muchos años.

Pasando por la calle central del poblado, se topó con la tienda de suministros. Paró en seco. Una corazonada. Miró su reloj para comprobar si estaba en lo cierto. Sonrió. Había llegado justo a tiempo.

***

Cuando el monje entró en la tienda, el tendero le comunicó entusiasmado la noticia del helicóptero. ¡No se lo iba a creer, nada menos que un helicóptero allí, donde nunca pasaba nada!

El monje asintió, nervioso, y cogió el bidón de gasolina que había comprado. Luego salió por la puerta de atrás, casi sin despedirse.

Allí lo esperaba el jeep, tal y como lo había dejado. Ahora sólo tenía que llenar el depósito de gasolina y huir de allí para siempre. Se compraría nuevas ropas y se escondería  en una ciudad poblada. Nunca volverían a dar con él.

Dejó la gasolina en el suelo mientras abría a todo correr el depósito de gasolina. Cuando todo estuvo listo, levantó a pulso el bidón y comenzó a vaciar su contenido en el depósito.

Llevaba haciendo eso años. Él era el encargado de llenar el tanque y mantener a punto el jeep. Sabía que eso le beneficiaría algún día. Rio para sus adentros. Menuda sorpresa se llevarían sus compañeros del templo cuando supiesen la verdad.

Pero entonces todo se torció.

La gasolina empezó a cubrir la ligera capa de nieve del suelo.

-¿Qué demonios…?- dijo agachándose para comprobar el estado del depósito. Allí, delante de sus narices, una fuga. Alguien había agujereado el tanque de gasolina.

-El vehículo ya no sirve, me temo- dijo 23 mientras salía de detrás de unas cajas.

-Serás…- dijo el monje con clara intención de arrojarle el bidón de gasolina medio vacío.

-¡Eh, quieto!

El arma, ahora por fin cargada, de 23 le apuntaba al pecho.

-Yo no haría tonterías.

El monje suspiró y dejó caer el bidón. Sabía cuando había perdido.

Entonces se levantó una fuerte corriente que removió la nieve del suelo. El helicóptero se había aproximado lo suficiente y estaba comenzando a descender.
“Otra misión cumplida” pensó 23 guardando el arma. A su jefe le iban a gustar las buenas noticias.

***

¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? Un poco disparatado, pero cumple los requisitos. Como os decía, lo importante es pasárselo bien con los ejercicios (aunque, oye, si el resultado es decente, mejor que mejor ;D)

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¡Feliz semana! ¡Y mucha suerte con el inicio de curso y la vuelta al trabajo!